Hasta la próxima

Se acaba ya nuestra estancia en estas tierras. Esta noche iniciaremos el largo regreso Shanghai - París - Madrid - Asturias. Fue un mes intenso, lleno de imágenes, experiencias y sabores. Pero sin duda lo mejor fue poder estar con Celia tantos días, dejarnos mimar por ella y por sus amigos. Y no digamos Matt que preparó ayer una cena exquisita para despedirnos. Nos vamos con pena porque ella se queda aquí pero vendrá por Navidades, así que será poco tiempo. Esperamos y le deseamos éxito con sus proyectos, ánimo para llevarlos a cabo y suerte para que todo salga bien. 


Mercadillos de Shanghai

En Shanghai no hay un gran Rastro, al estilo de los de Madrid, París o Londres, pero hay varios mercadillos que pueden resultar interesantes. Al margen del gran mercado, tanto de pequeños puestos como de locales comerciales, que se encuentra dentro del recinto de la zona antigua conocida como Yu Gardens y que está  destinado a la inmensa cantidad de visitantes diaros que tiene este lugar, hay otros mercadillos más pequeños pero quizá más atractivos porque la oferta es más variada.

El de Duolun Lu pasa por ser el más "intelectual", aunque se puedan encontrar también aquí los típicos souvenirs para turistas, con gran abundancia de la iconografía de Mao, que se presenta en todas las versiones imaginables.




El de Taikang Lu es un mercadillo más moderno, situado en una zona de tradicionales callejones shikumen de la concesión francesa. Aunque la zona no se rehabilitó como la de Xintiandi, está expandiéndose con gran rapidez, con terrazas de bares y restaurantes coexistiendo con puestos callejeros y tiendas vanguardistas. Así, mientras que Xintiandi es una zona más bien elegante, muy bien restaurada y con selectas tiendas, Taikang Lu es una zona más popular, en donde conviven paseantes extranjeros con shanghaineses tomando tranquilamente el fresco a la puerta de sus casas.  





Pero el mercadillo más conocido de quincallería y brocante es el de Dongtai Lu. Allí predomina la oferta destinada igualmente al turismo, con aparentes antigüedades fabricadas en serie, pero se pueden encontrar también auténticas piezas originales, sobre todo en los locales situados detrás de los puestos callejeros, y una gran diversidad de objetos de uso tradicional. Merece la pena darse una vuelta por allí y curiosear en los tenderetes y locales.













Art Déco en Shanghai


Estamos ya de vuelta en Shanghai (lluvioso), donde recalaremos unos días antes de emprender el regreso a casa, el próximo lunes. Las pinceladas sobre nuestra estancia en Camboya y en Filipinas quedan para más adelante, con tiempo.

De Shanghai se puede exprimir todavía mucho más, como esta recopilación de muestras de Art Déco que contemplamos durante nuestra estancia. Porque Shanghai es una de las grandes capitales del mundo en este tipo de arquitectura. Existen preciosos libros dedicados a ello e incluso folletos para hacer recorridos por la ciudad, como el que ilustra el inicio de este post.


Hoy asistimos a una auténtica eclosión desarrollista de la ciudad, pero lo cierto es que no es la primera vez que ha vivido una situación semejante en su historia. Tras la creación de las concesiones internacionales -consecuencia de las vergonzosas guerras del opio-, hubo una actividad febril, que se manifestó también en la construcción de imponentes edificios al estilo entonces en boga.

El Bund se convirtió entonces en la fachada que exhibía la modernidad de la ciudad frente al río Huangpu, del mismo modo que hoy lo hace la orilla opuesta de Pudong, con sus rutilantes rascacielos.



Algunos de los edificios del Bund tienen una clara marca Art Déco. Destaca entre ellos el Hotel Cathay (hoy Hotel Peace),  construido por Palmer & Turner en 1929 por encargo de Victor Sassoon, destacado representante de la importante comunidad judía que residió en Shanghai.





Tambien son interesantes el antiguo Banco de Comunicaciones de Shanghai (hoy edificio de los Sindicatos) y, a su lado, el edificio de la Aduana, con su torre de reloj que recuerda a la del Big Ben.




Cerca del Bund, al otro lado del rio Suzhou, se encuentra el Broadway Mansions Hotel, obra también de Palmer & Turner, de 1934.


Muy cerca del anterior se encuentra el Astor House Hotel, un edificio con mucha historia pues fue el primer lugar de China que contó con luz eléctrica, en 1882, y desde donde se realizó la primera llamada telefónica de la ciudad, en 1901. No es de arquitectura Déco, aunque fue restaurado en 1907 por David & Thomas. Pero bien merece una cita porque tiene un curioso salón de baile que fue diseñado en 1917 por un arquitecto español de interesante biografía, Abelardo Lafuente (Madrid, 1871 - Shanghai, 1931), quien realizó en Shanghai numerosos proyectos (habíamos leído un artículo sobre él que apareció en el suplemento Babelia de El País de 25-6-2011)



Lo que sí resulta plenamente representativo del Art Déco es el Park Hotel (1934), en los aledaños de la Plaza del Pueblo, del arquitecto húngaro Laszlo Hudec, a quien se le atribuyen más de 60 edificios en Shanghai (los más significativos se pueden contemplar siguiendo en el itinerario antes señalado).



En la zona de la concesión francesa existen también numerosos edificios Art Déco, como el Teatro Cathay (calle Huaihai esquina con Maoming), de 1932.





El Club Francés de Shanghai (1926), incorporado hoy al Okura Garden Hotel (58 Maoming Xilu)



El Grosvenor House (hoy Jinjiang Hotel, 59 Maoming Nanlu), construido en 1934 a iniciativa también de Victor Sassoon.




O el Mansion Hotel (82 Xin Le Rd.), diseñado por el arquitecto francés Lafayette en 1932.



Son sólo unas pocas muestras. Viendo estas construcciones cuesta creer que se trata de China, y además de hace casi un siglo. Pero aquí se hicieron y aquí están. Es Shanghai. 

Boracay

Estamos ya en Filipinas, en la isla de Boracay, donde nos tomaremos unos días de descanso después de la estancia en Camboya, que resultó muy interesante. Fueron unos días tan intensos que no hubo tiempo para postear, pero ya iremos contando nuestras impresiones cuando hayamos digerido toda la información recibida, aunque va a resultar muy difícil la selección entre tantas fotografías significativas, especialmente de los templos de Angkor. Pero a saber cuándo podrá ser, porque en el hotel no hay PC y no resulta posible descargar las fotos de la cámara. Las que siguen están tomadas con el iPad.



Hangzhou

La antigua capital imperial que Marco Polo calificó como la ciudad más hermosa del mundo se encuentra ahora a tan sólo 50 minutos de Shanghai gracias a un tren bala que sale de Hongqiao. Cuando llegas a la estación de esa ciudad, que actualmente cuenta con cuatro millones de habitantes, te encuentras con un entorno gris, de edificios anodinos y tráfico intenso que para nada anuncia los tesoros que encierra, tanto por su emplazamiento al lado del llamado Lago  del Oeste y al pie de colinas superpuestas entre bruma, como por haber sido en la antigüedad una de las siete capitales de China. 

Lago del Oeste

Entre las zonas paisajísticas que se pueden visitar en la ciudad la más conocida es el Lago del Oeste, un enorme lago cuyos bordes pueden recorrerse a pie si se está en forma y se tiene tiempo porque el perímetro es extenso. Hay la posibilidad más práctica de coger un minibús eléctrico que hace el circuito y va parando en diferentes lugares para poder disfrutar de los jardines que bordean el lago, muy bien acondicionados con preciosas vistas sobre las colinas, las islas y la pagoda que, iluminada por la noche,  refleja su contorno en el agua. Hay también numerosas embarcaciones que ofrecen la posibilidad de paseos por el lago con distintas opciones y merece la pena subir hasta el último piso de la pagoda para ver el paisaje sobre el lago.










Espectáculo nocturno

Por la noche merece la pena acudir al espectáculo de luz y sonido sobre el lago "Impression West Lake". Una especie de musical con juegos de luz y agua de gran belleza, codirigido por Zhang Yimou, el reconocido director de cine ("Sorgo rojo", "la joya de Shanghai", "la linterna roja"...) que también dirigió la apertura de los juegos olímpicos de Beijing en 2008.




Este es el video promocional del espectáculo colgado en Youtube, que da una idea del mismo, aunque en directo los efectos especiales resultan más atractivos



Templo Lingyin

Al día siguiente  nos acercamos a hasta el Templo de Lingyin, en una colina próxima a la ciudad, a donde se puede llegar en transporte público. Más espectacular que el templo en sí, construido en el año 326 y uno de los templos budistas más conocidos de China, es el camino que conduce hasta él. Allí, sobre las rocas o en el interior de las grutas que forma la colina rocosa, hay esculpidas más de 470 figuras de Buda, de distintos estilos y tamaños, todas ellas realizadas entre los siglos X y XIV de nuestra era.






El templo en sí mismo se parece a todos templos budistas con varios pabellones y enormes representaciones de Buda, entre ellas una de Sakiamuni, fundador del budismo, en madera de alcanfor y recubierta de oro. Dicen que es la de mayor tamaño en China.





Hay además un lugar que nos encantó, una antigua aldea llamada Fayun cuyas casas están perfectamente restauradas y destinadas a un uso hostelero. No podríamos decir si vive alguien aquí porque todo estaba solitario. Es un espacio de una tranquilidad absoluta y un entorno envidiable. Un paseo a lo largo del camino resulta de lo más relajante.




Calle antigua Hefang

También esta calle de Hefang esconde su parte histórica al turista que recorre primero la parte moderna e impersonal preguntándose si será efectivamente la calle antigua que está buscando. Pero al final aparece y es una visita obligada: construcciones antiguas bien conservadas,  tiendas de todo tipo, antiguas farmacias con exóticos productos, establecimientos en donde se vende el famoso te de la región recién tostado, tiendas de souvenirs e incluso un callejón con tenderetes para comer cosas de apariencia extraña.